7.11.07

Los sueños de Chocano

Alojado como [José Santos] Chocano en el Hotel Santa Cruz de la calle de Alcalá, durante mi primera estancia en Madrid, tuve ocasión de vincularme con los literatos y poetas españoles, íntimos amigos y colegas del poeta peruano. Y así conocí yo a Rubén Darío, creándose entre el maestro y su oscuro admirador peruano un vínculo de simpatía que él reflejó en una significativa dedicatoria de Prosas Profanas. Uno de los rasgos geniales de Darío era su bondad y su carácter infantil en contraste con Gómez Carrillo, malicioso, chispeante y lleno de intención, diríase un granuja genial de las letras. Conocí también a Amado Nervo y me sedujo desde entonces su sentido místico y la dulzura de su trato, amistad que debería cultivar de nuevo en Montevideo hasta su muerte. En aquellos animados almuerzos del Hotel Santa Cruz oía a Rubén leer con voz pausada su cordial dedicatoria al nuevo libro de Chocano Alma América: Hay un tropel de potros sobre la pampa inmensa./ ¿Es pan que se incorpora?/ No, es un hombre que piensa…

Chocano, entre broma y serio, hablaba de su futura candidatura a la presidencia de la República, a veces, de la restauración del Incario. En cierta oacasión le preguntó Rubén: ¿Qué me harás, José Santos, cuando seas Emperador? Te haré Virrey de Guatemala, le repuso Chocano.

(Víctor Andrés Belaúnde: Trayectoria y destino. Memorias Completas,
Lima, P. L. Villanueva, 1967, Tomo I, pág. 317)

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