20.12.08

Singular lectura de Onetti

JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD
Babelia, El País, Madrid, 20/12/2008


La actividad de Mario Vargas Llosa como crítico literario, aunque ocasional, ha alcanzado una proyección eminente. Desde su ensayo sobre Martorell y el "elemento añadido" en Tirant lo Blanch -incluido como prólogo en la edición de Martín de Riquer de las cartas de batalla de Joanot Martorell (Barral Editores, 1967)- hasta este último estudio sobre Juan Carlos Onetti, El viaje a la ficción, Vargas Llosa ha publicado no pocos textos claves para el conocimiento integral de escritores tan diversos como Flaubert, García Márquez, Arguedas, Grosz, Borges o Victor Hugo. En todos ellos, el autor de La fiesta del Chivo ha dado muestras sobradas de dos notables atributos filológicos: la inteligencia del lector y la lucidez del investigador. Es muy posible que alguien descubra, aquí y allí, ciertas naturales desavenencias de enfoque, pero nadie dejará de reconocer que la obra crítica de Vargas Llosa es en conjunto de una notoria singularidad.

Con El viaje a la ficción, el novelista rinde tributo a otro novelista predilecto. Indagar en la obra de un escritor a través de una serie de soldaduras entre su vida y su literatura supone sin duda un ejercicio gustoso, pero también un tácito homenaje. En el texto que prologa y da título a este libro, el autor reflexiona primeramente sobre el carácter social y simbólico de los antiguos contadores de historias, esa figura del "hablador" que subyugó a Vargas Llosa durante un viaje por la Amazonía de su país y usó como embrión especulativo de una novela y de reclamo para alguna incursión en la teoría de la literatura.

Vargas Llosa vincula en este libro toda una serie de pesquisas biográficas sobre Onetti con la propia evolución cíclica de su obra. El método resulta de veras provechoso y responde a un impecable engranaje entre las calas filológicas y su canalización comunicativa, entre el análisis textual y la eficiente manera de conducirlo. Vargas Llosa aborda así un análisis esclarecedor y pormenorizado de cada una de las novelas de Onetti, demorándose en muy distintas vertientes de esa mezcla de fascinación y complejidad que fundamenta su universo narrativo. Afirma Vargas Llosa que Onetti, desde su primera novela, El pozo (1939), "abre las puertas de la modernidad a la narrativa en lengua española". Una aseveración tal vez demasiado tajante, pero que no lo es si se atiende a la diversificación del punto de vista y en la discontinuidad temporal fácilmente rastreables en la obra del autor de El astillero y oriundas, como bien se sabe, de la maestría innovadora de Faulkner. Los nexos presuntos entre la mítica Santa María y el faulkneriano condado de Yoknapatawpha han sido aceptados alguna vez por el propio Onetti.

Uno de los ascendientes literarios que Vargas Llosa atribuye a Onetti es el de Borges. Pues según y cómo, creo yo. El hecho de que puedan atisbarse -y así se razona en este libro- otros influjos de naturaleza propiamente estética, el de Borges resulta más bien debatible. Ni los aderezos de la prosa ni la sustancial poética que la enaltece se asemejan en ningún momento. Tampoco coinciden en nada la personalidad de ambos escritores. Pienso que una vaga impregnación de rasgos literalmente fantásticos no basta en puridad para hablar de influencias.

La ficción entendida como "mundo alternativo" constituye uno de los ejes conceptuales de este estudio. La consabida idea de que la literatura en modo alguno es una transcripción, sino una sustitución, una versión excéntrica de la realidad, funciona efectivamente como andamiaje teórico de El viaje a la ficción. Y está bien que así sea. Onetti resuelve la historia más o menos acotada en cada una de sus novelas por medio de unos modales léxicos y sintácticos que encubren una alternancia impredecible de hermetismo y luminosidad. Los personajes de ficción valen aquí tanto como autorretratos fantasmales. Y esos espacios cerrados donde se estacionan los mismos seres erráticos, los mismos perdedores, bien pueden ser el trasunto de una experiencia personal e histórica desdichada. Es a esa paráfrasis "alternativa" a la que remiten estas novelas.

El ensimismamiento, el aislamiento, el escepticismo de Onetti aparecen pues transferidos de algún modo a su mundo narrativo. A un mundo narrativo que, desdeñando todos los regionalismos y naturalismos al uso, instaura un "antirrealismo", una poética de los claroscuros que otorga el rango de maestro a quien la concibió. En cualquier caso, Vargas Llosa logra probar con inteligente rigor que la obra de Onetti "quedará como una de las más valiosas que ha producido la literatura de nuestro tiempo".

2.12.08

Narrativa peruana

Cumplimos con informar que ya se encuentra en circulación el séptimo número de Wayra, la revista semestral de artes y letras del «Grupo Perú» del Centro de Estudios y Trabajo «América Latina» (Cetal) de la ciudad de Uppsala, Suecia. La nueva edición de la revista abre con tres poemas de Roxana Crisólogo, que forman parte de Trenes, un libro todavía sin publicar, y el cuento «La importancia del boxeador», de Carlos Meneses. El reciente número de Wayra trae también un dossier dedicado a la narrativa peruana de ayer y hoy, que está conformado por el texto de una interesantísima entrevista que el profesor Luis Veres, de la Universidad Cardenal Herrera, de Valencia, España, sostuvo con Santiago Roncagliolo, el celebrado autor de la novela Abril rojo y del reportaje periodístico La cuarta espada. Además, como si lo anterior fuese poco, el dossier incluye dos ensayos no menos interesantes: «Ciudad, periferia y retrato de época en la novela Bajo las lilas», de Alberto Sandro Chiri, y «Duque, de José Diez Canseco: La ciudad y el poder», de Gabriel Icochea Rodríguez. La revista incluye igualmente otros trabajos que seguramente concitarán la atención de más de un lector, como «Un cordobés por América, 1927-1930: José Malanca, Mariátegui y el Perú», de Sergio Raúl Díaz, y «Conflictos de la heterogeneidad: Pensar el Perú en perspectiva posmoderna», de Rafael Ojeda. Por último, Wayra cierra con su habitual sección de crónicas y revistas y un breve pero sentido homenaje a Alejandro Romualdo, que se expresa a través de la publicación de uno de sus poemas más intensos y representativos.

Las personas, instituciones, colectivos o redes que deseen suscribirse a Wayra o adquirir ejemplares sueltos de la revista, pueden efectuar el pago a través del PlusGirot del «Grupo Perú» de Cetal, cuyo número es el siguiente: 178478-4. Suscripción anual: -Suecia: 120 coronas suecas; -Europa: 20 euros; -Fuera de Europa: 30 dólares USA. Ejemplar suelto: -Suecia 60 coronas suecas (más gastos de envío); -Europa: 10 euros (más gas-tos de envío); -Fuera de Europa: 15 dólares USA (más gastos de envío).

Para efecto de agilizar nuestros servicios de envío y distribución, les rogaríamos que, después de realizar el pago correspondiente, se comuniquen con el editor de la revista:

Carlos Arroyo Reyes,
Bernadottestigen 19 D
756 48 Uppsala – Suecia (Sweden)
Telf. 018-303514
E-mail: carlos.arroyoreyes@telia.com