
Desde hacía mucho tiempo Aleida quería escribir sus recuerdos sobre el Che pero no sabía por dónde comenzar y, además, como no estaba muy familiarizada con el oficio del escritor, se sentía un tanto insegura. Pero, al final, por intuición, necesidad vital, deber moral o, simplemente, amor, supo vencer sus propias inhibiciones y pudo llegar al terreno de la escritura de la manera más expeditiva y efectiva que uno se pueda imaginar. Lo hizo recurriendo al medio con que se han escrito algunos de los mejores libros de testimonios de las últimas décadas: la grabadora. Por lo menos, eso es lo que la misma autora cuenta en una parte de su libro: "Una tarde -dice- tomé en mis manos una grabadora para ir desgranando los recuerdos que de pronto me asaltaban. (…) Pensé que, sobre todo, se lo debía a mis hijos y empecé a dejar constancia de mis recuerdos. Empecé entonces a garabatear lo vivido (...) En Evocación están mis remembranzas, no tengo vocación de escritora, volqué en blanco y negro mis recuerdos más queridos, espero que los que lean mis notas aprecien cuánto esfuerzo y dejación hice de mis cartas, mis poesías que hasta ahora guardaba dentro, muy dentro de mí…".
Lo raro del caso es que este libro tan valioso e importante todavía no ha sido publicado en idioma español y sólo ha salido una edición en italiano, de la casa Bompiani, que lleva el título de Evocación, la mia vita a fianco del Che. Se sabe, incluso, que hay otra edición del mismo libro, nada más y nada menos, en serbio. Hasta donde ha trascendido, la publicación en español de Evocación recién está prevista para los primeros meses de 2008 y debe coincidir con una fecha que a Aleida seguramente le resulta más grata y significativa: la conmemoración de los 80 años del nacimiento del Che.
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