La obra del poeta Luis Cernuda es un espejo de su alma y ambas llegan al excepcional punto en que se comunican, considera el escritor Antonio Rivero Taravillo. En una biografía del poeta español, devela la vida, la trayectoria y los pormenores del exilio, así como el desarrollo ideológico y humano del autor de La realidad y el deseo.
En el volumen Luis Cernuda: años españoles (1902-1938), publicado por Tusquets Editores, que este viernes comienza a circular en México, Rivero Taravillo recorre ambientes y circunstancias clave en la trayectoria del poeta: la hosca atmósfera familiar; Sevilla, su ciudad natal, odiada y a la vez querida, y el despuntar, desarrollo y vigencia de una sentida vocación poética.
“La primera mitad de su obra es de una gran riqueza estilística, que va de los ejercicios clasicistas al surrealismo o el neorromanticismo; pero a partir de la Guerra Civil Española, y de su exilio, su poesía es grave, meditativa, elegiaca, atemporal, abierta a hallazgos de la poesía inglesa, como el monólogo dramático.”
Rebeldía y soledad
Rivero Taravillo, quien es autor de dos poemarios, numerosos ensayos y varios libros de viaje, explica sobre Cernuda: “Es un poeta muy moderno en el que priman la rebeldía y la soledad; y, aunque comprometido con su tiempo, apenas escribió poemas con fecha de caducidad”.
En este volumen, primero de dos tomos, abarca los años en que Cernuda vivió en España (1902-1938), mientras en el segundo narra todos los años de exilio, que no fueron pocos, algunos de los cuales vivió en México. “En esta época se nota su evolución como poeta y su desarrollo ideológico y humano”.
–El libro es un gran retrato sobre la personalidad, carácter y trayectoria del autor. ¿Usted cómo describe a Cernuda?
–Fue una persona entregada en cuerpo y alma a la poesía, que era el centro de su vida. Independiente, insobornable, padecía una hiperestesia que le hacía sentirse no querido, lo cual provocaba que a su vez fuera injustamente duro con otros. Una vez asumida su homosexualidad, habló de ésta con gran naturalidad en sus versos.
–En este primer volumen sobre la biografía del poeta, ¿qué luces se develan ante lo desconocido de su obra y trayectoria?
–Era un personaje sumamente complejo, difícil de encasillar: dandi pero rebelde ante lo burgués, simpatizante del comunismo pero enseguida desencantado del mismo, preocupado por la religiosidad pero pagano, gran platónico pero que no eludió relaciones más o menos mercenarias con muchachos, un poeta homosexual cuyos poemas de amor apelan a cualquier sensibilidad.
México, su segunda patria
-¿Qué fue lo más difícil de conseguir, los testimonios o allegarse bibliografía para armar los dos tomos?
–Lo más difícil fue recabar testimonios personales, pues la mayoría de las personas que lo conocieron ya han fallecido.
“Por lo demás, he realizado un trabajo de ‘peinado’ de todo lo escrito sobre él, en hemerotecas, archivos y bibliotecas, de fuentes muy diversas.
“Reconozco el trabajo pionero de otros, varios de ellos mexicanos, como James Valender o Vicente Quirarte. Antonio Bertrán me ha proporcionado datos muy valiosos sobre sus dos amores, que convivieron sin saberlo en la ciudad de México a principios de los años 50.”
–¿En qué temas pone énfasis el escritor español cuando escribe prosa o poesía?
–Cernuda es sobre todo poeta en verso, recogido todo él en La realidad y el deseo, pero también de prosa poética. Además, escribió una considerable producción crítica, e incluso teatro (su obra La familia interrumpida, que se dio por perdida durante mucho tiempo, fue recuperada por Octavio Paz), así como traducciones de numerosos poetas. Su obra es un espejo de su alma, ambas se comunican. De ahí la importancia de la biografía.
Entre los documentos y obra inédita de Luis Cernuda, Antonio Rivero Taravillo explica que trabaja en la recuperación de ricos epistolarios, los cuales arrojarán nuevas luces sobre la segunda mitad de su vida.
Además, prosigue, se han perdido muchas cartas que iluminarían zonas de sombra de su vida, como su importante relación con Serafín Fernández Ferro, el amor que le inspiró Donde habite el olvido.
–¿La obra de Luis Cernuda será más reconocida y leída en un futuro?
–De alguna forma él lo previó al escribir “A un poeta futuro”. Desde los homenajes de las revistas Cántico y La caña gris, al final de sus años, esto ha venido sucediendo. Y hoy es infinitamente más leído que en vida, privilegio que muy pocos alcanzan.
–¿Cómo fue la vida del poeta en México?
–A México llegó en un viaje de vacaciones y encontró en el país una segunda patria. A partir de esa visita en 1949 decidió volver y vivir aquí lo que él sabía que eran sus últimos años. Recibió diversas becas de El Colegio de México, acogido a la hospitalidad de Alfonso Reyes. Sobre su experiencia escribió Variaciones sobre tema mexicano, libro admirable en prosa poética.
“En México recobró el contacto con queridos amigos como Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, y en menor grado con otros exiliados, como Emilio Prados o José Moreno Villa (autor de otro libro de prosa poética sobre este país, Cornucopia de México). También rejuveneció al enamorarse de Salvador, el protagonista de “Poemas para un cuerpo”, sección de su penúltimo libro, Con las horas contadas.
1 comentario:
Había leído esta reseña en La Jornada, y es un gusto reencontrarse con ella y con la figura de Cernuda en tu espacio literario que hoy descubro.
Saludos...
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