El diario La República, de Lima, en su edición correspondiente al 16 de marzo de 2008, trae una entrevista muy interesante que hace poco Pedro Escribano le hizo Mario Vargas Llosa a propósito del próximo estreno de su obra teatral Al pie del Támesis, que, como ya ha trascendido, narra la historia del reencuentro después de 35 años de dos amigos en Londres. La sorpresa de uno, en este caso, es que el otro ya no era el amigo de antaño, sino se había convertido en una respetable señora. El tema de la obra, según refiere Escribano, nació de la anécdota que le narró Guillermo Cabrera Infante a Vargas Llosa en la que un amigo del escritor cubano, el poeta venezolano Esdras Parra, al reencontrarse después de años, se había cambiado de sexo. Se trata, pues, de una pieza teatral que busca poner sobre el escenario no sólo la cuestión de la transexualidad, sino también un problema de identidad. "Sí –dice Vargas Llosa en una parte de la entrevista-, eso es exactamente. Es la identidad, sexual sí, pero digamos es la identidad. Yo creo que es un tema muy fascinante porque es un tema que tiene que ver con la libertad humana. Creo que la verdadera libertad humana significa para un individuo poder elegir totalmente su identidad. Es decir, en qué dioses cree o no cree, dentro de qué cultura va a vivir, qué lenguaje va a ser fundamentalmente el suyo, qué convicciones, qué principios, qué valores van a ser los que normen su vida y cuál va a ser su sexo. Eso en el pasado no se elegía, eso venía impuesto por tu pertenencia a una comunidad. No podías ser otra cosa. Pero a medida que avanza la civilización el individuo se va desprendiendo mucho de esa comunidad y va eligiendo de acuerdo con su vocación, de acuerdo a sus convicciones, de acuerdo a sus instintos, lo que realmente quiere ser. Ese es el tema, yo creo, profundo de la obra".
Pero en la entrevista Vargas Llosa no sólo habla sobre su obra teatral Al pie del Támesis, sino también sobre otras cosas que le apasionan mucho, como, por ejemplo, la música, la necesidad de seguir leyendo a José Carlos Mariátegui (a quien califica como "un intelectual muy respetable, es uno de esos marxistas raros en el Perú y muy raros incluso en América Latina que no fue, él lo dijo, calco y copia") y, finalmente, la narrativa peruana de hoy. He aquí lo que sobre este último tópico Vargas Llosa le dijo a Escribano: "Yo creo que es un muy buen momento para la narrativa peruana. Y sobre todo lo que me parece muy interesante es que es una narrativa, que sin renunciar pues a la experimentación, a la utilización de técnicas nuevas, está siempre muy anclada en una problemática, una problemática que a veces tiene que ver con la dictadura, con la guerra civil, con la violencia social. A veces tiene elementos fantásticos, elementos puramente imaginarios, pero está muy anclada en la realidad vivida y a mí me parece que eso le da mucho vigor". De manera más puntual, ante la pregunta de Escribano acerca de "¿Cómo ve a Santiago Roncagliolo y su Abril rojo?", Vargas Llosa dijo: "Bueno, yo he leído la última novela de él, por supuesto. Me gustó mucho la descripción de la Semana Santa en Ayacucho, me pareció que era lo más logrado en la novela. La descripción de un clima potencialmente de gran violencia dentro de lo que es una festividad popular con gran participación colectiva y con mucho color. Bueno, él ha hecho de esa historia una historia de horror, un caso de una crueldad absolutamente… pero lo que más me gustó del libro fue la descripción del ambiente de Ayacucho viviendo esa experiencia colectiva que es la Semana Santa. He leído un libro de cuentos de Jeremías Gamboa [habla de Punto de fuga]. Muy interesante. […] Unos cuentos que están impregnados también de una violencia latente, en Lima, con algunos elementos un poco fantásticos, muy bien construidos, muy bien escritos, muy interesante. Bueno, Cueto, desde luego, magnífico escritor que me parece de los mejores de las generaciones más jóvenes en el que también hay un elemento que tiene que ver con la historia reciente que está muy recreada, a veces con elementos que lindan ya con lo fantástico, con lo imaginario, pero yo creo que la literatura está viviendo un buen momento en el Perú".
Por último, Vargas Llosa no pudo dejar de criticar a la "cultura" de los talk shows y deplorar profundamente el hecho que el Perú está en el último lugar como país lector. "Me da mucha pena, me parece que es un reflejo de la pésima educación que hay en el Perú y no solamente me refiero a los colegios donde no se enseña a leer a los niños sino a las familias, porque tampoco hay libros, los padres tampoco leen y si uno vive en una casa donde nadie lee pues es muy difícil que los niños resulten lectores. Es un fenómeno que preocupa. La falta de cultura literaria para un país merma muchísimo la libertad porque hace que la gente sea mucho menos crítica", dijo.
Pero en la entrevista Vargas Llosa no sólo habla sobre su obra teatral Al pie del Támesis, sino también sobre otras cosas que le apasionan mucho, como, por ejemplo, la música, la necesidad de seguir leyendo a José Carlos Mariátegui (a quien califica como "un intelectual muy respetable, es uno de esos marxistas raros en el Perú y muy raros incluso en América Latina que no fue, él lo dijo, calco y copia") y, finalmente, la narrativa peruana de hoy. He aquí lo que sobre este último tópico Vargas Llosa le dijo a Escribano: "Yo creo que es un muy buen momento para la narrativa peruana. Y sobre todo lo que me parece muy interesante es que es una narrativa, que sin renunciar pues a la experimentación, a la utilización de técnicas nuevas, está siempre muy anclada en una problemática, una problemática que a veces tiene que ver con la dictadura, con la guerra civil, con la violencia social. A veces tiene elementos fantásticos, elementos puramente imaginarios, pero está muy anclada en la realidad vivida y a mí me parece que eso le da mucho vigor". De manera más puntual, ante la pregunta de Escribano acerca de "¿Cómo ve a Santiago Roncagliolo y su Abril rojo?", Vargas Llosa dijo: "Bueno, yo he leído la última novela de él, por supuesto. Me gustó mucho la descripción de la Semana Santa en Ayacucho, me pareció que era lo más logrado en la novela. La descripción de un clima potencialmente de gran violencia dentro de lo que es una festividad popular con gran participación colectiva y con mucho color. Bueno, él ha hecho de esa historia una historia de horror, un caso de una crueldad absolutamente… pero lo que más me gustó del libro fue la descripción del ambiente de Ayacucho viviendo esa experiencia colectiva que es la Semana Santa. He leído un libro de cuentos de Jeremías Gamboa [habla de Punto de fuga]. Muy interesante. […] Unos cuentos que están impregnados también de una violencia latente, en Lima, con algunos elementos un poco fantásticos, muy bien construidos, muy bien escritos, muy interesante. Bueno, Cueto, desde luego, magnífico escritor que me parece de los mejores de las generaciones más jóvenes en el que también hay un elemento que tiene que ver con la historia reciente que está muy recreada, a veces con elementos que lindan ya con lo fantástico, con lo imaginario, pero yo creo que la literatura está viviendo un buen momento en el Perú".
Por último, Vargas Llosa no pudo dejar de criticar a la "cultura" de los talk shows y deplorar profundamente el hecho que el Perú está en el último lugar como país lector. "Me da mucha pena, me parece que es un reflejo de la pésima educación que hay en el Perú y no solamente me refiero a los colegios donde no se enseña a leer a los niños sino a las familias, porque tampoco hay libros, los padres tampoco leen y si uno vive en una casa donde nadie lee pues es muy difícil que los niños resulten lectores. Es un fenómeno que preocupa. La falta de cultura literaria para un país merma muchísimo la libertad porque hace que la gente sea mucho menos crítica", dijo.
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